Sano, cómodo, bien alimentado y seguro. Con posibilidades para expresar formas innatas de comportamiento y sin padecimientos de dolor, miedo o desasosiego. Así entiende al bienestar animal la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Desde el INTA destacan la importancia de capacitarse y aprender sobre el comportamiento porcino para generar ambientes y manejos productivos que consideren el bienestar animal.
“Se puede brindar bienestar animal sólo cambiando cuestiones muy simples de manejo que no requieren inversión”, aseguró Mariano Lattanzi -especialista en producción porcina en el INTA Marcos Juárez, Córdoba-.
En esta línea, explicó que “para entender a un animal es fundamental conocer cuál es su comportamiento natural y generar el ambiente y el manejo apropiado para que pueda expresarse. Darle esa posibilidad ya es buen indicador de bienestar animal”.
Un comportamiento muy fuerte que los porcinos necesitan expresar es el hozar. Se trata de una necesidad innata de frotar con el hocico para escarbar la tierra, o bien para desenterrar el alimento del suelo o por simple curiosidad. “El poder expresar ese comportamiento les da bienestar”, explicó Lattanzi, al tiempo que reconoció que “los pisos de los criaderos son de cemento, por lo que se requiere implementar algunas prácticas para mitigar esa necesidad”.