La reposición hídrica luego de la sequía, el aumento en la adopción de tecnologías y los buenos rendimientos alcanzados en la campaña pasada generaron un aumento en la superficie de los cultivos de trigo y cebada. Desde hace muchos años que no se presentaban estas condiciones beneficiosas, tal es así que en el caso del trigo la superficie creció a 6 millones de hectáreas.
Durante la campaña pasada en los lotes de trigo se manifestaron varias enfermedades, siendo la principal la Roya amarilla, que apareció de forma muy temprana y agresiva en casi 3 millones de hectáreas de la región agrícola argentina.
Ciertas variedades se vieron afectadas hasta en un 50% de sus hojas en las primeras etapas del cultivo. Esto hizo que un número de lotes, en donde no se hicieron aplicaciones, vieran reducidos sus rindes entre 3 y 4,7 t/has.
En los últimos años, el agente causal de esta Roya mostró una adaptación térmica extraordinaria y una capacidad de migración inusual desde Europa y norte de África. Desde la Cátedra de Fitopatología de la UBA, en conjunto con profesionales del INTA, universidades y empresas se coordinó un muestreo a nivel nacional de esta enfermedad. Las muestras se enviaron al Global Rust Reference Center en Dinamarca, donde se identificaron tres genotipos distintos de Roya Amarilla en los campos afectados, que fueron los mismos que causaron las epidemias del 2015 y 2016 en Europa y África del Norte. El hecho de encontrarlos en nuestro país y en otros continentes, de manera casi simultánea, confirma la gran capacidad de este hongo para dispersarse a miles de kilómetros.
Por su parte, en los cultivos de cebada predominaron las manchas foliares (Mancha en red, Borrosa, Escaldadura y Ramularia) cuya aparición temprana requirió de intervenciones tecnológicas anticipadas para su control. “Todas las regiones de cultivo de cebada presentaron manchas foliares con mayor intensidad que en otras campañas. En el caso del trigo, se enciende una señal de alarma para la campaña 2018, ya que gran parte de las variedades que se siembran son poco resistentes y el hongo de la Roya se disemina a grandes distancias en el viento.”, declara el Ing. Agr. Marcelo Carmona, fitopatólogo de la Fauba. y agrega: “En un escenario de presión de enfermedades como el ocurrido en campañas pasadas, y que probablemente se repita en esta, resulta clave contar con un tratamiento de semillas eficiente que pueda beneficiar al productor en diversos aspectos”.
Carmona destacó la importancia de la rotación de cultivos para el manejo de las manchas foliares en trigo y cebada y del tratamiento de semillas con las moléculas y dosis efectivas, que genera una mayor persistencia, aumento del control de enfermedades y reducción del progreso de epidemias de manchas en órganos aéreos. ç
Para esto es necesario conocer el comportamiento de las variedades para analizar el riesgo y planificar las decisiones a tomar. “El monitoreo de trigo debe comenzar más temprano por la roya amarilla y terminar más tarde por la roya negra. Es decir, se alarga el tiempo de monitoreo en trigo y el productor debe estar más alerta por la roya amarilla”, comenta el Ing. Agr. Carmona y concluye: “En cebada las manchas foliares podrán aparecer tempranamente y se deberá estar muy atento a la Ramularia. Las dosis de marbete deben ser respetadas y no se debe retrasar el momento de aplicación”.