El camino de la seda

Argentina apunta a duplicar la producción de seda, un mercado que tuvo épocas doradas a partir de 1930. El Instituto Textil Argentino, con sede en Tucumán, llegó a exportar seda para la fabricación de paracaídas pero en 1950, el ingreso de las fibras sintéticas comenzó a frustrar el crecimiento del sector. Sin embargo, renovó su impulso en el año 2000, con diversos emprendimientos distribuidos en diez provincias, desde el centro del país hacia el norte.

En la Argentina hay alrededor de 400 productores de seda.  Aunque la actividad creció en los últimos 10 años, los volúmenes de producción se mantienen constantes debido a la limitada cantidad de huevos de Bombyx mori, el gusano que genera la fibra.

Actualmente, los dos centros de multiplicación de huevos que hay en el país –el Centro de Investigaciones Entomológicas de Misiones y el Laboratorio de Sericultura de la facultad de Agronomía de la UBA– producen entre 40 y 50 telainos anuales cada uno. Como unidad de medida, un telaino equivale a 20 mil huevos.

“Hoy estos centros producen al máximo y no tienen más espacio para criar”, explicó Francisco Pescio, coordinador del INTA en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), quien agregó: “El laboratorio de la UBA participa del proyecto Seda y tenemos el objetivo de duplicar la producción”. Así, se proponen generar 100 telainos anuales, equivalentes a dos millones de huevos. De hecho, existe una lista de espera para recibirlos.

“Esto va a permitir ampliar los volúmenes y la cantidad de emprendedores”, señaló Pescio y agregó: “Al contar con más huevos para distribuir, aumentará rápidamente la cantidad de criadores y de producción”.

Para acompañar ese proceso, el INTA AMBA está desarrollando un centro demostrativo donde se harán capacitaciones y, a su vez, funcionará un banco de germoplasma in situ para confeccionar un catálogo genético que permita producir estacas de moras de alto rendimiento. De hecho, ya cuentan con más de 2.000 plantines listos para comenzar a trasplantar en breve.

Secretos del oficio

¿En qué consiste la sericultura? Es simple: el cultivo de la morera, la cría del gusano de seda y la elaboración de productos con esa fibra son los tres elementos que definen a la actividad. “En nuestro país, está orientada a la agricultura familiar y la realizan principalmente las mujeres”, dijo el extensionista del INTA.

Para Pescio, además, “requiere bajos niveles de inversión y es amigable con el ambiente, ya que los gusanos de seda son extremadamente sensibles a insecticidas”. En esa línea, destacó que el instituto propone un manejo totalmente agroecológico.

La actividad no requiere de grandes superficies, tecnologías específicas o mano de obra calificada. Sin embargo, es imprescindible contar con un socio: el gusano Bombyx mori, originario de China, el país que comenzó a producir seda en los tiempos del emperador Ho-Sang-Si, cinco mil años atrás y, aún hoy, domina el mercado mundial.

“Es el bicho más domesticado del planeta”, apuntó Pescio y añadió: “Al punto de que no puede vivir al aire libre o en estado salvaje. Por eso se cría en espacios cerrados y hay que proveerle de alimento”. Su dieta es, de hecho, muy rígida: se alimenta exclusivamente de la morera –Morus alba–, una planta oriunda de Asia central que llegó al continente americano junto con el ganado bovino, en 1526, de la mano del conquistador Hernán Cortés.

El gusano come la hoja tierna recién cosechada y, con ese régimen, logra un crecimiento asombroso: “En 45 días, aumenta 8.000 veces su tamaño y, al finalizar su ciclo, construye un capullo que está hecho de seda”, señaló Pescio. Cada capullo está elaborado con un único filamento que tiene una longitud de dos kilómetros y alcanza un peso de 1,5 gramos. De este modo, de un kilo de capullos pueden obtenerse unos 300 gramos de hilo de seda.

Según el coordinador, “en una hectárea es posible cultivar alrededor de tres mil plantas de morera, suficientes para obtener alimento para producir 750 kilos de capullo fresco, equivalentes a 250 kg de seda”.

En general, quienes se dedican a esta actividad son productores de pequeña escala, debido a que requiere una pequeña superficie, baja inversión, no hacen falta tecnologías específicas ni mano de obra calificada.

Junto con el INTI, el equipo técnico del INTA desarrolló diversos materiales didácticos, guías y manuales para iniciarse en la producción sericícola, que se encuentran disponibles en línea de manera gratuita.

Por caso, puede consultarse la publicación Sericultura. Guía metodológica para docentesA su vez, en colaboración con las universidades nacionales de Misiones y de Buenos Aires, se provee el material genético, es decir, larvas de gusanos de seda con precios muy accesibles y, en algunos casos y en pequeñas cantidades, sin costo.

 

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *