Dentro de los tratamientos preventivos para la cefalea crónica hay distintos tipos de fármacos, además de medidas no farmacológicas.
“Se pueden usar medicamentos de uso habitual en epilepsia (valproato, topiramato), otros de uso habitual en Cardiología (propranolol, metoprolol), antidepresivos (amitriptilina), toxina botulínica, y los nuevos inhibidores de CGRP (una de las sustancias implicadas en la génesis del dolor en la migraña)”, indicó Daniel Gestro, médico neurólogo del Hospital de Clínicas.
Sobre estos nuevos tratamientos, Fiorella Martín Bertuzzi, médica asociada de la Sección Cefaleas del Hospital Italiano de Buenos Aires, remarcó que “la llegada de nuevas medicaciones que entienden el origen genético y biológico de la migraña nos permite que el individuo deje de culparse y de atribuir el dolor a una situación de estrés y nos abre un montón de puertas para tratar a pacientes que estaban desatendidos por falta de alternativas efectivas”.
Por su parte, Gestro señaló algunos mitos asociados a la migraña como que “es un problema del hígado”.
“Esto suele confundirse porque presenta vómitos pero éstos son generados por estímulo a nivel del sistema nervioso; no es un problema digestivo”, explicó.
También habló de la “prohibición de comer y otros alimentos o tomar el vino”.
“La realidad es que no hay nada contundente al respecto. Los pacientes deben identificar si existe un factor que dispare un ataque en forma sistemática, antes de restringir su dieta”, dijo.
No obstante, los especialistas mencionaron algunos hábitos que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de quienes tienen migraña: consultar si hay más de seis episodios al mes que ameriten toma de analgésicos; comer cada tres horas; dormir la misma cantidad de horas; hacer una actividad física aeróbica diaria y dentro de la misma franja horaria, y buscar algún factor común de alimento y/o bebida asociado a las crisis.