La glándula tiroides y sus funciones fundamentales

La tiroides crea y produce hormonas que desempeñan un papel muy importante en muchos sistemas diferentes en todo el cuerpo. Cuando esta glándula produce demasiado o muy poco de estas hormonas, se denomina enfermedad de la tiroides. Hay diferentes tipos de trastornos, incluidos el hipertiroidismo, el hipotiroidismo, la tiroiditis y la tiroiditis de Hashimoto.

La glándula tiroides es un órgano pequeño que está ubicado en la parte frontal del cuello, envuelto alrededor de la tráquea. Tiene forma de mariposa, más pequeña en el medio con dos alas anchas que se extienden alrededor del costado de la garganta. Cuando no funciona correctamente, puede afectar a todo el cuerpo.

Esta glándula segrega dos hormonas, T3 y T4, las cuales actúan sobre todas las células del organismo para estimular la tasa metabólica. Los trastornos derivados de su mal funcionamiento pueden deberse a un exceso o al déficit en la producción de hormonas tiroideas. El exceso se denomina hipertiroidismo que se caracteriza por síntomas de hiperactividad, sudoración excesiva, palpitaciones, insomnio y en la mayoría de los casos disminución de peso. El déficit de hormona tiroidea se denomina hipotiroidismo que puede manifestarse con cansancio, desgano, intolerancia al frío y dificultad en disminuir de peso. En muchos casos se asocia también con síndrome depresivo.

Los síntomas de una tiroides hiperactiva (hipertiroidismo) pueden incluir: ansiedad, irritabilidad y nerviosismo; problemas para dormir; pérdida de peso; tener una glándula tiroides agrandada o bocio; debilidad muscular y temblores; períodos menstruales irregulares o que su ciclo menstrual se detenga; sensación de sensibilidad al calor; problemas de visión o irritación en los ojos.

Los síntomas de una tiroides poco activa (hipotiroidismo) pueden incluir: sensación de cansancio (fatiga); aumento de peso; olvido de las cosas; períodos menstruales frecuentes y abundantes; cabello seco y áspero; voz ronca e intolerancia a las bajas temperaturas. Por otro lado, pueden encontrarse nódulos, que muy frecuentemente se diagnostican incidentalmente al realizar otros estudios como tomografías, resonancias o Doppler de los vasos de cuello.

En DIM realizamos el dosaje de las hormonas tiroideas para evaluar el funcionamiento de la glándula y así decidir si es necesario un tratamiento. Para evaluar los nódulos tiroideos contamos con ecógrafos con Doppler color y si está indicado por tamaño y características de dicho nódulo, realizamos la punción con aguja fina bajo control ecográfico. Es importante tener en cuenta que ciertos fármacos o productos principalmente de venta libre promocionados como mejoradores del metabolismo, para la celulitis o para disminuir de peso pueden tener sustancias que alteran el funcionamiento tiroideo por lo cual es importante la consulta con el especialista.

Una combinación de los nutrientes y medicamentos correctos puede ayudar a restaurar la función tiroidea y minimizar los síntomas.

– Evitar alimentos altamente procesados, los azúcares y bebidas como el café o alcohol, ya que pueden irritar la glándula tiroidea.

– Consumir alimentos ricos en yodo y selenio como huevos, carnes magras, pescados, frutas y verduras ricas en antioxidantes como arándanos, pimientos y tomates; granos y semillas como arroz, quinua, chía y lino; agua y otras bebidas sin cafeína.

– El ejercicio aumenta el metabolismo, mejora las funciones de la tiroides y alivia los síntomas de los trastornos. El ejercicio de bajo impacto es especialmente beneficioso para las personas con la enfermedad o que corren el riesgo de padecerla.

– Dormir 8 horas diarias ayudará a que tu tiroides funcione de manera efectiva.

 

Con el asesoramiento de la Dra. Nora Antelo

Endocrinóloga de DIM CENTROS DE SALUD

(MP 38436 // MN 76071)

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