SOJA y MAÍZ: Recomendaciones del INTA para evitar pérdidas – PARTE II

Para evitar pérdidas en la cosecha de granos, principalmente de soja y maíz, técnicos del INTA recomiendan una regulación adecuada de la máquina de acuerdo a la situación de cada lote, medir pérdidas durante el trabajo y corregir los errores para lograr una cosecha eficiente.

Minimizando daños y planificando recorridos

Durante el periodo entre la campaña de cosecha fina y el comienzo de la campaña de cosecha gruesa, deberíamos sumar a las tareas de puesta a punto y refacción de componentes del equipo de cosecha, la rectificación de los elementos que toman contacto con los granos a lo largo de su camino por el interior de la máquina y hasta que los mismos son descargados en el silo o en el camión, para reducir el porcentaje de daño mecánico en los mismos.

La rectificación de los elementos de trilla y de los mecanismos que mueven el grano, como tubos de descarga, tornillos sinfín; el uso de los mismos en la campaña y el roce con el flujo de granos es altamente esmerilante y provoca desgaste del metal y afilado de las superficies, lo que aumenta el porcentaje de daño mecánico sobre los granos. Este trabajo se debe realizar no sólo en la cosechadora, sino también en los sistemas de descarga de la tolva.

Y respecto a la tolva y su tractor, antes de comenzar el trabajo en cada lote, le da profesionalismo al trabajo si nos tomamos unos minutos en observar la forma del lote -ancho y longitud-, la capacidad de nuestro equipo medido por el ancho del cabezal y número de equipos, y cantidad de equipos de apoyo -tractores y acoplados tolva-, para planificar un sector de descarga que esté sincronizado con los momentos de llenado de la cosechadora, para evitar así la circulación innecesaria de los equipos de apoyo a lo largo del lote. Esto conserva las cualidades estructurales del suelo y disminuye otro tipo de pérdidas de cosecha, que son las de reducción del rendimiento que veremos en la campaña siguiente debido a la compactación superficial del suelo.

Diseñar bien el recorrido de la cosechadora para evitar la circulación innecesaria de los equipos de apoyo por el lote. Esperar a la cosechadora en la cabecera o bien en una “plaza de descarga” en el medio del lote, es una práctica altamente recomendable.

La limpieza no se negocia

Si observamos los mapas de distribución de malezas resistentes de Argentina y solapamos campaña sobre campaña, veremos cómo los primeros focos de contaminación coinciden con las principales rutas de circulación de norte a sur y este a oeste de nuestro país, por donde se mueven los equipos de cosecha de una zona de trabajo a la siguiente durante las campañas.

Esto señala a las cosechadoras como uno de los principales vectores de contaminación y traslado de semillas de especies de malezas resistentes a herbicidas.

Si consideramos el costo de un control químico curativo en un lote agrícola, debemos darnos cuenta que invertir tiempo en limpiar la cosechadora de un lote al siguiente y de un campo a otro, es considerablemente más barato y es un tratamiento preventivo frente a la contaminación con malezas.

Comenzar la limpieza realizando un soplado a conciencia, desde la barra de corte hasta el sistema de distribución de residuos, limpiando el interior de los órganos de la cosechadora tanto como sea posible.

A continuación, desmenuzar un fardo de heno y mediante el embragado del sistema de trilla y separación, hacer que la máquina se lo trague. El flujo de heno a través del sistema de la cosechadora arrastrará las semillas de malezas que hayan sobrevivido al primer soplado. El proceso debe terminar con un último soplado a conciencia, nuevamente desde la barra de corte hasta la cola de la máquina.

Limpiar la cosechadora a conciencia permitirá ahorrar mucho dinero en el control químico posterior de malezas en el lote.

Medir pérdidas, la clave para mejorar la eficiencia de cosecha

La metodología de evaluación de pérdidas de cosecha es una herramienta fácil y sin costo que debe ser incorporada al trabajo de cosecha de granos. Es un excelente medio de apoyo desde el terreno para trabajar en equipo con el operario maquinista y para colaborar con él en la modificación de las regulaciones del cabezal, sistema de trilla, separación y limpieza a lo largo del lote, según va cambiando la expresión de las pérdidas de cosecha.

La cosecha de granos en Argentina es un trabajo realizado principalmente por el contratista de cosecha, un actor extremadamente capacitado. El trabajo de la cosecha debe ser planificado y observado constantemente como una red de factores que integra clima, cultivo, cabezal, trilla, separación, limpieza, velocidad de avance, entre otros, que están en constante relación entre sí y que pequeñas modificaciones en alguno de ellos afectan a los demás, expresándose como cambios en los volúmenes de pérdidas observadas sobre la superficie del terreno.

Este trabajo fue realizado en forma conjunta por técnicos de INTA de las Estaciones Experimentales de Salta y Manfredi.

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