Telemedicina: mucho más que una consulta médica online

El coronavirus estimuló el uso de la telemedicina que, en general, se asocia a las videoconsultas, sin embargo es una práctica que tiene más de sesenta años y forma parte de un ecosistema integral compuesto por distintas herramientas sobre salud digital. ¿Hacia dónde va la medicina? ¿los pacientes se adaptan a los cambios?

La telemedicina tal y como la conocemos surgió por primera vez en la edición de abril de 1924 de la revista Radio News que mostraba una ilustración futurista con una maquina que incluía televisión, micrófono, indicadores de latidos del corazón y de temperatura, y permitía a un paciente comunicarse con su médico.

Gabriel Bargallo, presidente de la Asociación de Telemedicina de la República Argentina (ACTRA), explicó que “no se trata sólo de diagnosticar a un paciente a través de una pantalla porque la salud digital es un ecosistema que abarca el monitoreo de poblaciones vulnerables, la educación médica, los sistemas de segunda opinión, el registro de datos, la receta digital, la impresión 3D, entre otros fenómenos tecnológicos, aplicados a la disciplina hacia los que se dirigía lentamente el mundo y la pandemia no hizo más que acelerar el proceso”.

Los primeros usos de la telemedicina para transmitir video, imágenes y datos médicos complejos se produjeron a finales de 1950 y principios de 1960. Según el experto lo central de esta herramienta es que facilita el acceso. “El factor critico en salud es el acceso y no la distancia. Una persona puede estar a dos cuadras de un centro de salud sin poder asistir y la telemedicina lo hace posible”, aseguró.

En ese sentido agregó que otros beneficios son que puede estar en lugares donde es difícil llegar, ahorra gastos de traslado cuando el médico tiene que controlar a un paciente que ya revisó personalmente, y en otros casos, permite atender una urgencia hasta que el personal de la salud vaya al domicilio.

Para Bargallo, la telemedicina es un complemento y tiene límites “por eso no puede reemplazar al rol del médico al lado del paciente, ni al examen físico presencial”. Además opinó que ocupará un lugar estratégico con el paso del tiempo porque “vamos hacia un mundo de gente grande, enferma y sola, y esas personas requieren sistemas de televigilancia como forma de cuidado y también de la realidad virtual a través, por ejemplo, de cascos ya probados que aletargan el deterioro cognitivo”.

El especialista, por otra parte, analizó los cambios en las reacciones respecto de la telemedicina que provocó el Covid-19:”en el caso de OSDE, antes de la pandemia había resistencias culturales que limitaban la aceptación de la atención por computadora a menos de un 20% de los afiliados y hoy la cifra alacanza al 90%”.

Finalmente, respecto a los proyectos sobre digitalización de las historias clínicas que se están trabajando en el Congreso, Bargallo evaluó que “lo primero que hay que cambiar es que el dueño de la historia clínica sea el paciente y no la institución. Una de las maneras de lograrlo es que la historia clínica sea digital pero a esto hay que complementarlo con un sistema de salud unificado e interoperable”.

Y concluyó que “el sistema hoy está fragmentado en obras sociales nacionales, provinciales, prepagas, PAMI, salud pública, mutuales cada uno con su historia clínica y es fundamental modificar, que la información esté accesible y completa para el paciente como parte de un sistema integrado”, concluyó.

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