En un informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que las causas son la falta de inversión en investigación para combatir a bacterias que se han vuelto resistentes a los tratamientos.
Un estudio realizado sobre medio centenar de fármacos -que están en etapa de desarrollo para combatir las bacterias resistentes a los antibióticos- concluyó que sólo ocho “son realmente innovadores”.
El resto de las drogas sólo serviría en el corto plazo, por eso advirtió sobre la “necesidad urgente de más inversión en investigación” ante la “seria falta de opciones de tratamiento”.
En total, la OMS registró 51 nuevos antibióticos en fase de desarrollo clínico para luchar contra los considerados agentes patógenos prioritaros, así como la tuberculosis y la infección diarreica debida al Clostridium difficile, sin embargo solo ocho suponen tratamientos “innovadores” capaces de reforzar el “arsenal” existente, indicó en un comunicado.
Solo para la tuberculosis, la agencia mundial estimó necesarios más de 800 millones de dólares anuales para hallar nuevos medicamentos.